
Desde la época de la gran peste en Barcelona hubo un gran hospital, el de la Santa Cruz, que atendió a sus ciudadanos hasta que su vetusto edificio gótico fue insuficiente para acoger a una población en aumento. Gracias a una millonaria donación del banquero Pau Gil, a principios del siglo XX empezaron las obras del descomunal hospital de Sant Pau, a cargo del afamado arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, que ideó un hospital vanguardista con 27 pabellones en los que tratar a los pobres. Durante 80 años atendió a la ciudad en un espacio único Patrimonio de la Humanidad, pero una vez más el avance hizo que el hospital cambiara a su sede actual al nuevo Hospital de San Pau.

Desde 2014, por fin se puede visitar libremente este espectacular y ostentoso hospital testigo de una época pasada en la que se hacían grandes obras de arte en forma de edificio.

Antes de empezar la visita al recinto, nos encontramos con la escultura y homenaje a Pau Gil, el benefactor de esta gran obra. Seguidamente entramos en el gran edificio administrativo que antaño admitía a los pacientes, y nada más traspasar la gran puerta nos recibe el ostentoso estilo modernista de Lluís Domènech i Montaner. No es tan exagerado como en el Palau de la Música, la otra gran obra del arquitecto, pero estamos en un antiguo hospital, no en un palacio, por lo que llama aún más la atención la profusión decorativa que tienen las paredes, los techo y suelos.

Entre todos los edificios destaca el principal, de la administración, al que se accede por una amplia escalinata. A ambos lados se encuentran las salas de la biblioteca y de la secretaría.







Una vez atravesado el edificio principal, tenemos acceso directo a unos inmensos jardines donde se levantaban 27 pabellones destinados a diferentes especialidades médicas. Los árboles y plantas tenían una función sanitaria, ya que purificaban el aire y eran beneficiosos para los pacientes.

Todos los pabellones de Sant Pau son distintos y muestran abundante decoración escultórica, cerámica y de mosaico.
Otra característica importante es que el hospital estaba pensado para diferenciar a los pacientes entre hombres y mujeres. En la parte derecha se encuentran los pabellones de los hombres que tienen nombres de santos, y en la parte izquierda los pabellones de las mujeres con nombres de santas o vírgenes. De hecho en la entrada principal había una puerta en el ala derecha para los hombres y una puerta en el ala izquierda para las mujeres.





Los pabellones están conectados por 2 km de pasillos subterráneos por donde los pacientes podían ser trasladados y circulaba el personal sanitario. Tienes dos escaleras de acceso: delante y detrás del Pabellón Central o Casa de Operaciones, que te llevarán hasta la Sala Hipóstila situada bajo el Pabellón de Administración.




A continuación os muestro una galería con detalles arquitectónicos de gran valor, situados en diversas partes del recinto



















También os dejo algunas imágenes antiguas significativas de aquella época











Guuuaaaauuu!!! Es una belleza!
Muchas gracias, Hanna!! 😊
¡Espectacular!
Muchas gracias!! 😊