Soledad y solitud, dos formas diferentes de estar solo

Soledad y solitud son dos conceptos totalmente distintos, pero que con frecuencia se confunden.

La soledad, como el colesterol, la hay buena y la hay mala. Para la buena, podemos hacer uso, como los ingleses que diferencian entre solitude (raíz latina) y loneliness (raíz sajona), del término solitud, que estaba en el castellano, pero que ha caído en desuso, aunque la Real Academia aun lo mantiene para significar “carencia de compañía” o “lugar desierto”. Lo cierto es que «solitud» está muy vigente en el lenguaje cotidiano de otros países.

La soledad es “la vivencia de sentirse solo, sintiendo la ausencia de otros y anhelando su presencia compartida”. Es una experiencia no deseada y responde a una necesidad de contacto y encuentro con otras personas.

Es una sensación habitual que se produce en muchos adolescentes. Este sentimiento puede aparecer incluso si ellos están acompañados, ya que pueden pensar que nadie los entiende y que tienen gustos diferentes.

Del mismo modo, la falta de autoestima y la timidez que acompañan esta etapa son, a menudo, las causas que explican estas dificultades de socialización.

En la gente mayor existe un mayor riesgo de soledad y aislamiento social porque es más probable que enfrenten factores como vivir solos, perder familiares o amigos, tener enfermedades crónicas y pérdida auditiva.

Es un sentimiento doloroso y temido por un gran número de personas mayores, nunca es una situación buscada.

Vicente Madoz describe la soledad como el «convencimiento apesadumbrado de estar excluido, de no tener acceso a ese mundo de interacciones, siendo una condición de malestar emocional que surge cuando una persona se siente incomprendida o rechazada por otros o carece de compañía para las actividades deseadas, tanto físicas como intelectuales o para lograr intimidad emocional».

También es el caso de las personas que, por diferentes causas y circunstancias, se han visto abocadas a la indigencia, a vivir en la calle y por consiguiente en la soledad.

También existe el concepto de “soledad compartida”, a través del cual podemos entender la soledad no tanto como la falta de presencia física de otros seres humanos, sino como la incapacidad de conectar con ellos y entre ellos.

La soledad no deseada es una de las lacras de las sociedades llamadas a sí mismas avanzadas. Las mujeres y hombres con discapacidad se enfrentan en su día a día a situaciones de aislamiento social, de separación de la vida en comunidad, que provocan mayores dosis de soledad forzosa.

La otra cara de la soledad, la positiva, es la solitud, la capacidad de disfrutar del paso del tiempo sin la necesidad acuciante de compañía. Es la soledad deseada, sin sentimiento de vacío.

La solitud es aprender a estar bien con uno mismo, ser tu mejor amigo, ser autosuficiente, seguro de ti mismo, deseo de estar con uno mismo, ordenando tu mente y conociéndote más.

Multitud de veces salgo a la montaña para practicar ciclismo, no me importa salir solo, aunque prefiera ir acompañado, pero también me encanta disfrutar de mi compañía en soledad, la soledad deseada, aunque esto me lleve a correr un mayor peligro de accidente o de tener muy claro el itinerario para no perderme.

Por supuesto que me encanta tomar una cervecita o un vinito en buena compañía, pero no debemos confundir solitud con individualismo; solitud es un alejarse más o menos duradero para luego volver a acercarse; individualismo es aislamiento, competitividad, aunque estemos unos junto a otros.

Puedes disfrutar de «tus espacios» estando solo, pero sin sentirte solo o sea en solitud, para practicar deporte, viajar, pescar, escribir, fotografiar, pintar, meditar, ….

Aquí os dejo algunos pensamientos de autores famosos sobre este tema:

– La peor soledad es no estar a gusto con uno mismo. Mark Twain.


– La soledad es muy hermosa… solo cuando se tiene a alguien a quien decírselo. Gustavo Adolfo Bécquer.


– No huyas de la soledad, es necesaria para que te encuentres a ti mismo. Eduardo Alighieri.


– La soledad impuesta es desolación. La soledad elegida es liberación. Walter Riso.


– Andar solo no duele. Sentirse solo es otra cosa… Eduardo Galeano.

– Solía tener miedo de estar solo. Ahora tengo miedo de tener a la gente equivocada a mi lado. Yukio Mishima.


– La solitud enseña a no someterse a cualquier compañía. Gustave Flaubert.


– Felices esos que pueden encontrar compañía consigo mismos. Carlo Dossi.


– Nadie es más feliz, que aquel que sabe disfrutar de su propio espacio, sin sentirse solitario. Anónimo.


– La solitud es peligrosa. Es adictiva. Una vez que te das cuenta de cuánta paz hay en ella, no quieres lidiar con la gente. Carl Gustav Jung.

Nota: Todas las fotografías son propiedad de Jacinto Pujol.

5 comentarios en “Soledad y solitud, dos formas diferentes de estar solo

  1. Felicidades!!!
    Describes perfectamente la gran diferencia entre ambas palabras tan parecidas.

    Paradojas de la vida… Dos términos que se parecen tanto y lo diferentes que son!!!

    Y las fotografías maravillosas, increíblemente intercaladas con las explicaciones.

    Fantástico, maravilloso, me ha encantado 🥰

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