Bilbao, tradition and avant-garde
Corazón palpitante del País Vasco y también su ciudad más grande, aunque su capital es Vitoria. Es la ciudad más turística y más cosmopolita de la región, la cual continúa evolucionando constantemente. Su población se disparó durante la industrialización y prosperó gracias a la producción de acero, el transporte marítimo, la industria naviera y la banca. En los años 70 la ciudad se había convertido en una gigantesca chimenea gris y acababa de llegar una seria crisis económica. Fue entonces cuando el plan fue concebido y Bilbao comenzó su viaje hacia el renacimiento. Los antiguos complejos industriales a lo largo del río Nervión fueron derribados y dieron comienzo nuevos proyectos para la mejora de las infraestructuras y el crecimiento general de la ciudad.
El casco antiguo, más conocido como el Casco Viejo o Siete Calles, es uno de los rincones más conocidos.
Las «Siete Calles» la constituyen Somera, Artekale, Tendería, Belostikale, Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena. Cada una lleva el nombre de los antiguos oficios y comercios de la zona. Por ejemplo, Carnicería Vieja se llama así porque ahí estaba el primer matadero de la ciudad. Hoy en día, el Casco Viejo es considerado un monumento histórico-artístico en su totalidad.
El Casco Viejo, el corazón de la ciudad, el núcleo urbano de la originaria villa de Bilbao, transmite a la perfección la forma de ser y de vivir del bilbaíno de a pie. Un lugar perfecto para mezclarse con la gente y conocer el día a día de sus habitantes.
Aquí no solo podrás conocer lugares emblemáticos como la Catedral de Santiago, el Museo de Arqueología o el Museo Vasco, sino que podrás tomar el pulso a la ciudad. Esta zona forma parte del corazón de la ciudad y, ya sea un día soleado o lluvioso, acoge a todos aquellos dispuestos a conocer la cultura del pintxo-pote de la que hacen gala su plaza Nueva, la calle Santa María y sus aledañas.
La particularidad principal de la Plaza de Santiago es que en ella se encuentra la entrada a la Catedral de Santiago, uno de los monumentos mas interesantes del Casco Viejo.
Dejando atrás el Casco Viejo y siguiendo la orilla derecha dirección al mar, nos encontramos con el encanto especial de los jardines del Arenal, con su Iglesia de San Nicolás al fondo.
y el Teatro Arriaga, edificio sorprendentemente bello, inspirado en la Ópera de París e inaugurado en 1890 y posteriormente recibió el nombre de Arriaga en honor al músico bilbaino, Juan Crisóstomo Arriaga.
Siguiendo nuestro itinerario por la misma orilla, nos encontramos con el Puente de Zubizuri, también conocido como “puente de Calatrava” por el arquitecto que lo construyó, es una estructura arqueada, blanca y esbelta, que semeja ser un barco.
Un poco más adelante topamos también con otro puente, el de la Salve (oficialmente de los Príncipes), quizás el más icónico y fotografiado de los 13 puentes que cruzan la ría, gracias a estar situado junto al Museo Guggenheim.
Descubrimos el museo Guggenheim desde el barrio del Ensanche.
El museo de arte contemporáneo Guggenheim es sin lugar a dudas el máximo exponente actual de la ciudad (al que le dedicaré una publicación en exclusiva)
Junto al museo se erige esta gigantesca araña, se llama Maman (mamá) y es obra de la artista francesa Louise Bourgeois. Está realizada en bronce, acero inoxidable y mármol, pesa 22 toneladas, mide 10 metros de altura y 10 metros de diámetro y cuenta con una bolsa que contiene 26 huevos de mármol.
Finalizo este reportaje con esta espectacular vista desde el Puente de la Salve, donde contemplamos parte del recorrido realizado junto a la ría.
Bilbao is surprising, your images really make you want to go there too
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