Laxe, Costa da Morte, Galicia

Un rincón fascinante, escondido en plena Costa da Morte

Laxe es un pueblo pesquero que ha sabido combinar la belleza natural de su entorno y de su playa, un puerto activo y una villa sobria pero alegre, para hacer de él un atractivo turístico. Un lugar ideal para ir con la familia.

Empezamos a recorrer los magníficos arenales del municipio de Laxe en el propio pueblo con un paseo por una de las playas urbanas más bonitas de Galicia.

Un km y medio de arena blanca y fina con aguas tranquilas y cristalinas en una preciosa postal que nos regala A Costa da Morte. 

Está protegida por una pequeña zona dunar y por eso es perfecta para el baño en familia, aunque en este tramo del litoral uno no debe confiarse y hay que tener cierta cautela. 

Aunque, si hablamos de playas, la que tiene más popularidad es la Praia dos Cristais (Playa de los Cristales), por su fotogenia y singularidad.

La arena ha sido sustituida por cristales pulidos de colores donde predomina el verde por encima de todos. Puede parecer que el mar los ha devuelto a tierra con su intenso oleaje, pero lo cierto es que el origen proviene de un antiguo vertedero próximo al cementerio donde se acumulaban cientos de botellas de vidrio que fueron cayendo poco a poco hacia la playa.

El mar y el viento en constante movimiento han creado esta obra de arte moldeada por la naturaleza. 

En lo alto del monte Cornaceiras, lugar más alto de la villa y como espléndido mirador, encontramos la capilla de Santa Rosa de Lima, lugar de peregrinación de los laxenses.

Justo unos metros debajo de la capilla, encontramos la Cruz del Navegante. Data de 1676 y la mandó construir un navegante llamado Couceiro, que prometió que si volvía sano y salvo de hacer la ruta España-Perú, construiría una cruz a Santa Rosa en lo mas alto de la villa.

Pero no podemos dejar de lado el casco histórico de Laxe sin callejear por su estrechas calles. Allí encontraremos la emblemática Casa do Arco, una de las escasas viviendas de estilo gótico que aun quedan en toda Galicia, con más de 500 años de antigüedad.

Y también, dentro del núcleo urbano, en un alto sobre el mismo puerto, encontramos la joya de la Villa, la Iglesia de Santa María de la Atalaia, asentada sobre un amplio atrio formado por altos muros de piedra sobre los que se asentaba en el pasado unos cañones defensivos. La iglesia y su atrio funcionaron como atalaya de vigilancia y defensa contra la entrada al puerto de cualquier barco o flota sospechosa. 

El Faro de Laxe, una construcción de 11 metros de altura, ubicada en la punta Ínsua del cabo Laxe, sobre una loma de unos 50 metros sobre el nivel del mar, que defiende la villa y el puerto de los vientos dominantes, en un espacio natural privilegiado.

Cerca del faro, a unos escasos metros, nos topamos con «A Espera», una escultura de bronce que homenajea a las familias de todos esos marineros que nunca regresaron a puerto.

‘A Espera’ reproduce la imagen de una mujer con un hijo en brazos mientras su vista alcanza lo más lejos posible, deseosa de ver reaparecer el barco en el que un día se fueron sus familiares, amigos y vecinos.

Pero si sois amantes del buen comer, Galicia es el lugar idóneo, aunque ciñéndonos a Laxe, no os podéis perder una visita al restaurante «Mar de Fondo», en pleno paseo marítimo. Seguro que si vais, os acordareis de mí.

Navajas, zamburiñas, pulpo gallego y auténtico pan gallego.

12 comentarios en “Laxe, Costa da Morte, Galicia

  1. ¡¡¡Estupendo reportaje!!!

    Sin duda es un lugar idílico… el que siempre he tenido inmensas ganas de visitar.

    Un lujo que tú has disfrutado, y que a los que te leemos, nos has hecho disfrutar también. ¡¡¡Gracias!!!

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