El concepto “Espacio negativo» se utiliza desde hace mucho tiempo en pintura, diseño y escultura y también en el de la fotografía.

Podría definirse como una variante dentro de la «composición», acercándose incluso al «minimalismo», según los casos.

Con esta técnica se consigue dar protagonismo al sujeto  que realmente quieras destacar, al elemento principal de tu imagen, porque la falta de información del espacio negativo, hace que tu ojo se dirija instintivamente a aquello que contiene la información de peso.

Cuando el elemento principal esta circundado por un gran espacio negativo, se obtienen imágenes que pueden inspirar calma, paz, tranquilidad o soledad. Naturalmente en base a los tonos que este espacio negativo asume.

También el color es muy importante para el espacio negativo. Cuando este tiene tonalidades claras, nos regala una imagen ligera y pacifica, mientras que un espacio negativo oscuro puede fácilmente dar la sensación de pesadez o agonía.

Por contraposición, el espacio positivo es el área de la foto que contiene información importante de la composición. Así, esta zona es la que atrae primero la atención del espectador en una foto, al ofrecerle elementos con algún contenido

Con esta técnica podemos conseguir imágenes especialmente emotivas, por ejemplo en este caso, de soledad

En este caso, colocando a los protagonistas en el extremo inferior derecho, dejamos la parte negativa en el resto para dar espacio al vuelo de estos tres ánades

Si el espacio negativo se sitúa mayoritariamente en la parte baja de la foto, normalmente estaremos aportando una sensación de ligereza, sugiriendo que el elemento principal de la foto flota en ella.

Un aspecto clave al utilizar espacio negativo es dónde situarlo concretamente, porque esto determina el impacto visual que finalmente tendrá la foto. Por ejemplo, si pensamos en una imagen con un único elemento protagonista podríamos optar por situarlo justo en el centro y rodearlo de espacio vacío.

El espacio positivo tampoco tiene que ser forzosamente con un solo elemento

Si el objeto es pequeño es bastante interesante echar mano de la siempre útil «regla de los tercios» para situar el elemento en alguno de los puntos que forman sus líneas imaginarias. Esto significará utilizar las esquinas de la composición, lo que con frecuencia nos proporcionará un buen resultado.