Esta vez, la persistente niebla que nos acompañó durante toda la ascensión, solo nos dejó ver su silueta desde la valla que impedía la entrada al recinto.
Actualmente es de propiedad privada y el acceso al recinto está restringido. Es uno de los lugares y de los edificios religiosos más populares y emblemáticos del macizo del Montseny, sobre todo de los márgenes que dan a Viladrau y el Brull.
Rellenando bidones con el agua de Font Pomereta
El paisaje no existía, pedaleábamos en medio de una gran nube
Pero el poco paisaje que pudimos adivinar valió la pena
Mirando al infinito






