Tras varios días espléndidos de puro calor que presagiaban la llegada de un verano anticipado, hoy, la mañana es desapacible y fría, no se mueve un alma, la débil luz del sol no es capaz de atravesar la espesa niebla que lo cubre todo y que oculta las maravillosas vistas del valle que se extiende tras los árboles, el cielo plomizo amenaza más lluvia y parece llamar al cobijo, a encender la chimenea, a tostar unas cuantas rebanadas de pan y echar mano de una de las longanizas que secándose, cuelgan en mi desván. Me he convencido ….. ¡ que aproveche !
